El vegetarianismo no es una dieta más, es una manera de comer que se incorpora a nuestro estilo de vida como una manera de vivir, sin exigir modificaciones de comportamientos. Es comer y disfrutar comiendo, sintiéndote siempre satisfecho, esperando con placer cada comida y, lo que es más importante, conservando siempre tu salud.
Cuando uno como persona se interesa por estar saludable se pregunta, ¿realmente mi cuerpo está recibiendo todos los elementos nutritivos que necesita? y, ¿qué tan sano son los alimentos que consumo? Tener el conocimiento básico respecto de lo que es una nutrición adecuada, sana, natural o acorde con nuestra propia naturaleza, es de gran importancia.
Nuestra salud no dependerá de lo que otros hagan por ella, sino de lo que nosotros hagamos por nosotros mismos. Nuestro cuerpo es un ‘sistema energético’ que alcanza su funcionamiento óptimo con alimentos sanos, frescos y energéticos; esta energía proviene de alimentos puros en estado natural y no de bebidas gaseosas o alimentos congelados o enlatados con aditivos, conservadores, saborizantes y aromatizantes artificiales.
Independientemente de que sea usted vegetariano o no, en estos momentos en que la salud mundial se ha visto amenazada por la pandemia causada por el corona virus, son momentos de actuar con responsabilidad y de forma conscientes para velar por fortalecer nuestro sistema inmunológico a través una alimentación más variada que incluya frutas, hortalizas, verduras, granos (cereales y leguminosas), hongos, etc.
El vegetarianismo en su versión más amplia incluye productos lácteos, leche, quesos y huevos, lo mismo que pastas, todo tipo de harinas, aceites, miel y azúcar, sólo se prescinde de las carnes rojas y blancas, estas se sustituyen por soya, tofu o seitán (carne vegetal derivada del trigo).
Toda esta gran variedad de insumos alimenticios nos permite incursionar por la creatividad que ofrece la comida internacional, llamase asiática, mediterránea o mexicana. Lo sabroso de cualquier tipo de comida depende de la creatividad y la imaginación de quién la prepare.
Poner atención a lo que comemos es una de las responsabilidades más importantes de nuestra vida. Transformar el acto de comer en un acto consciente, es lo mismo que transformarlo en un acto de cuidado y de relación con nuestro propio interior y, no sólo por el hecho de dejar de consumir ciertos alimentos que son claramente tóxicos para nuestros cuerpos.
Esta toxicidad puede ser el resultado de su elaboración industrial o por su propia naturaleza, sino por el hecho de prestar una especial atención a nuestros alimentos, de ocupar un espacio especial en nuestra concentración con los beneficios que nos proporcionará aquello que comemos, ese acto nos conecta más armoniosamente y en forma más elevada con nuestra salud.
Este tipo de cultura alimenticia debería de ser del conocimiento común, pero sólo surge cuando nos hacemos conscientes de los alimentos que consumimos y la forma en que lo hacemos.
Todos los seres vivos tenemos necesidad de comer, de alimentarnos, es una actividad que nos iguala a todas las especies vivientes y tan importante como el respirar, por lo tanto, esta actividad cotidiana cobra un impacto de suma importancia cuando adoptamos un estilo de vida consciente, como es el vegetarianismo.
En el vegetarianismo podemos escoger qué comer y elegir la procedencia de nuestros alimentos; actitud opuesta a cuando simplemente comemos lo que nos proporciona la industria alimenticia sin pensar las consecuencias de ello.
Es por ello que decimos que el ser vegetariano es un estilo de vida, estilo que
tiene repercusiones en la salud de la persona mediante la búsqueda de la calidad de la comida.